martes, 9 de noviembre de 2010

Muerte y fases del duelo


Los Múltiples rostros de la muerte.

 La muerte es un hecho biológico, pero también tiene aspectos sociales, culturales, históricos, religiosos, legales, psicológicos, médicos, etc.
A pesar de ser una experiencia universal, tienen un contexto cultural. Las actitudes culturales y religiosas hacia la muerte y la agonía afectan los aspectos psicológicos y del desarrollo de la muerte: cómo enfrentan personas de diferentes edades su propia muerte y la muerte de quienes están cercanos a ellas.
La muerte es el cese de los procesos corporales. Sin embargo, los criterios para la muerte se han vuelto más complejos con el desarrollo aparatos médicos que pueden prolongar los signos básicos de la vida.

El contexto cultural

Las costumbres concernientes a la inhumación y recuerdo del fallecido, la transferencia de posesiones e incluso la expresión de la aflicción varían de manera considerable de una cultura a otra y a menudo son regidas por preceptos religiosos o legales que refleja la visión que tiene una sociedad acerca de la muerte y lo que sucede después.
Esta variedad de costumbres y prácticas ayudan a la gente a enfrentar la muerte y el duelo por medio de significados culturales bien entendidos que proporcionan un sostén en medio de la turbulencia de la pérdida.

La revolución de la mortalidad

En los países desarrollados principalmente, los avances en la medicina y las condiciones de salubridad, los nuevos tratamientos para las enfermedades que alguna vez fueron fatales y una población mejor educada y con más conciencia de la saud han producido una “revolución de la mortalidad”. En la actualidad es menos probable que las mujeres mueran al dar a luz, es mas probable que los bebés sobrevivan al primer año, los niños tienen mayor probabilidades de llegar a la edad adulta, los adultos jóvenes tienen mayor probabilidad de llegar a la vejez y a menudo los ancianos logran superar enfermedades consideradas como fatales.
La muerte se ha vuelto “invisible y abstracta” a medida que se convierte cada vez más en un fenómeno de la vejez.

Cuidado del moribundo.

  Junto con la tendencia creciente a enfrentar la muerte de manera más honesta han surgido movimientos para hacer más humano el morir.

El cuidado de hospicio es un cuidado personal para los enfermos terminales, centrado en el paciente y en la familia. Se enfoca en el cuidado paliativo el cual está dirigido a aliviar el dolor y el sufrimiento y a permitir al enfermo terminal morir en paz con tranquilidad y dignidad.
El cuidado de hospicio puede ser proporcionado tanto en el hogar como en un hospital o una institución o incluso una combinación de cuidado en el hogar y en una institución.

Enfrentar la muerte y la pérdida: aspectos psicológicos.

Confrontar la propia muerte.
 
En ausencia de cualquier enfermedad identificable, la gente alrededor de los 100 años por lo regular sufre deterioso cognoscitivo y otros deterioros funcionales, pierde el interés en comer y beber y muere en forma natural.
Dichos cambios también se han advertido en personas más jóvenes cuya muerte está próxima. Algunas personas que han estado cerca de la muerte han tenido experiencias “cercanas a la muerte”, que a menudo involucran la sensación de estar fuera del cuerpo y visiones de luces brillantes o encuentros místicos.
Elisabeth Kuble-Ross
bosquejó cinco etapas para avenirse a la muerte:
  •    La negación.
  •     Enojo.
  •    Regatear por tiempo extra.
  •     Depresión.
  •    Aceptación.

Patrones de aflicción

El duelo (la pérdida de alguien a quien la persona se siente cercana y el proceso de ajustarse a ésta) afectan prácticamente todos los aspectos de la vida de un sobreviviente.
A menudo, el duelo acarrea un cambio de estatus y de papel (por ejemplo: de esposa a viuda). También tiene consecuencias sociales y económicas). En primer lugar se presenta la aflicción, que es la respuesta emocional experimentada en las primeras fases del duelo.
El hecho de que una viuda hablara con su difunto marido ahora se reconoce como una conducta común y útil. Aunque algunas personas se recuperan con bastante rapidez del duelo otras nunca lo hacen.
el patrón más estudiado de aflicción es uno de tres etapas, en la cual la persona en duelo acepta la dolorosa realidad de la pérdida y, de manera gradual, rompe el vínculo con la persona muerta y se reajusta a la vida desarrollando nuevos intereses y relaciones.
1.    Shock e incredulidad. Después de la muerte, los sobrevivientes a menudo se sienten perdidos y confusos. A medida que se toma conciencia, aturdimiento inicial da lugar a sentimientos abrumadores de tristeza y llanto frecuente. Esta etapa puede durar varias semanas, sobre todo después de una muerte súbita o inesperada.
2.    Preocupación por la memoria de la persona muerta. En la segunda etapa, que puede durar 6 meses o más, el sobreviviente trata de avenirse con la muerte, pero no logra aceptarla. Por ejemplo, una viuda puede revivir la muerte de su marido y toda su relación. De vez en cuando le embarga el sentimiento de que el esposo muerto está presente.
3.    Resolución. La última etapa llega cuando la persona en duelo renueva su interés en las actividades cotidianas. Entonces los recuerdos de la persona muerta traen sentimientos de cariño mezclados con tristeza en lugar del dolor agudo y la nostalgia.

Muerte y duelo a lo largo del ciclo de vida.

Niñez y adolescencia.

No es sino entre los 5 y los 7 años que los niños comprenden que la muerte es irreversible. Alrededor de la misma edad los niños entienden otros dos conceptos importantes: primero que es universal y por ende inevitable y segundo que una persona muerta no es funcional. Antes de eso los niños piensan  que ciertos grupos de personas, por ejemplo: los maestros, los profesores e incluso ellos, no mueren. Tambien creen que una persona muerta puede pensar y sentir. Los conceptos de irreversibilidad, universalidad y cese de las funciones por lo general se desarrollan en el momento en que, de acuerdo con Piaget, los niños avanzan del pensamiento preoperacional al de las operaciones concretas.

Manifestación de aflicción en los niños.
  • Menores de 3 años: Regresión, tristeza, temor, pérdida de apetito, fracaso para desarrollarse, perturbaciones del sueño, aislamiento social, demora del desarrollo, irritabilidad, llanto excesivo, mayor dependencia, pérdida del habla.
  •  De 3 a 5 años: Mayor actividad, estreñimiento, ensuciarse, mojar la cama, enojo y berrinches, conducta “fuera de control”, pesadillas, periodos de llanto
  •  De edad escolar: Deterioro del desempeño escolar causado por la pérdida de concentración, la falta de interés, la falta de motivación, etc., Renuencia a asistir a la escuela, periodos de llanto, mentiras, robos, nerviosismo, dolor abdominal, dolores de cabeza, apatía, fatiga.
  •  Adolescentes: Depresión, quejas somáticas, conducta delictiva, promiscuidad, intentos suicidas, desertar de la escuela/colegio.

Edad adulta.

Los adultos jóvenes que han concluido su educación  y han iniciado actividades profesionales, contraído matrimonio o se han convertido en padres por lo general están ansiosos de vivir la vida para la que se han preparado, pero si de repente son golpeados por una enfermedad o lesión fatal, es probable que se sientan frustrados. La frustración se convierte en ira y eso los hace pacientes difíciles.
En la edad madura, la mayoría de las personas se percatan con más profundidad que antes de que van a morir. Piensan cada vez más en cuantos años le quedan y cómo aprovecharlos mejor. A menudo, en especial después de la muerte de los padres, surge una nueva conciencia de ser la siguiente generación en morir.
De acuerdo con Erikson, los ancianos que resuelven la critica alternativa final de integridad frente a desesperanza logran la aceptación de lo que han hecho en su vida y su muerte inminente.

Perdidas especiales

Son las muertes de un cónyuge, un padre y un hijo.

Sobrevivir al cónyuge

La viudez es uno de los mayores desafíos emocionales que puede enfrentar un ser humano. Las mujeres tienen mayor probabilidad de convertirse en viudas porque tienden a vivir más tiempo que los hombres y tienden a ser más jóvenes que sus maridos.
Efectos de la viudez difieren para hombres y mujeres. Las mujeres exhiben su dolor de manera más abierta, mientras que sus hombres sienten que han perdido sus amarras.
Hay una fuerte probabilidad de que la persona viuda, en especial el hombre, pronto siga al cónyuge a la tumba. Las personas que se ajustan mejor a la viudez son las que se mantienen ocupadas, asumen nuevos roles o se involucran más en las actividades en marcha.

Perder a un Padre en la edad adulta.

Por lo general se da en la edad madura.
La mayoría de los hijos adultos en duelo todavía experimentaban malestar emocional, después de 5 años en especial después de la muerte de la madre, sin embargo la muerte del padre puede ser una experiencia que hace madurar, ya que empuja al adulto a resolver aspectos importantes del desarrollo: lograr un sentido más fuerte del yo y una conciencia más apremiante y realista de su propia mortalidad, junto con un mayor sentido de responsabilidad, compromiso y apego a los demás.

Perder a un hijo.

Rara vez un padre está preparado emocionalmente para la muerte de un hijo. Dicha muerte no importa a que edad ocurra, representa un golpe cruel, no natural, un evento inoportuno que, en el curso normal de las cosas no debería de suceder. Los padres tal vez sientan que han fracasado y sin importar cuanto lo hayan amado y cuidado descubren que es muy difícil dejarlo ir.
Aunque cada padre en duelo debe afrontar la aflicción a su manera, algunos han encontrado que sumergirse en el trabajo, intereses y otras relaciones o unirse a grupos de apoyo ayuda a disminuir el dolor.

Luto por un aborto espontáneo.

Dado que la experiencia de cada persona es única, es difícil generalizar acerca de la manera en que las personas manejan esas pérdidas. Las diferencias en las que los hombres y las mujeres muestran su aflicción puede ser una fuente de tensión y desacuerdos en la relación de pareja

Aspectos médicos, legales y éticos: el “derecho a morir”

Suicidio

Una persona que expresa pensamientos suicidas es considerada mentalmente enferma. Por otro lado, a medida que la longevidad aumenta y, con esta, el riesgo de enfermedades degenerativas de largo plazo, un numero creciente de personas considera que la elección deliberada del adulto maduro del momento de terminar con su vida es una decisión racional y un derecho que debe defenderse.
algunas personas que intentan el suicidio ocultan cuidadosamente sus planes, a menudo hay signos de advertencia, por ejemplo: alejarse de la familia o los amigos, hablar acerca de la muerte, el más alla o el suicidio; regalar poseciones más preciadas; abusar de drogas o alcohol y cambios de personalidad como la ira inusual, aburrimiento y apatía.

Ayuda al morir

Eutanasia activa: Acción deliberada para acortar la vida de una persona con una enfermedad terminal a fin de cesar su sufrimiento o permitirle morir con dignidad, también denominado asesinato piadoso.

Eutanasia pasiva: Retener o descontinuar de manera deliberada el tratamiento para prolongar la vida de una persona con una enfermedad terminal para finalizar su sufrimiento o permitirle morir con dignidad.

Suicidio asistido: Suicidio en el que un médico o alguien más ayuda a una persona a quitarse la vida. Todas estas son diversas formas de lo que en ocasiones se llama: ayuda para morir.

Instrucciones anticipadas: Documento que especifíca el tipo de cuidado que desea la persona en caso de una enfermedad terminal, también llamado voluntad de vida, la cual contiene previsiones específicas con respecto al alivio del dolor, la resucitación cardiaca, la respiración mecánica, los antibióticos e hidratación y la nutrición artificial.

Encontrar significado y propósito en la vida y la muerte.

Revision de la vida: Es un proceso de remembranza que permite que una persona reconozca el significado de su vida. Dicho proceso puede ocurrir en cualquier momento. Sin embargo adquiere un significado especial en la vejez, cuando es capaz de fomentar la integridad del yo.

Desarrollo: un proceso permanente


Incluso la muerte puede ser una experiencia del desarrollo, hay cosas que deben ganarse, que cumplen al morir. Dedicar tiempo a quienes son y para quienes somos cercanos, lograr un sentido final y duradero de valor personal y la disposición para marcharse son elementos inestimables de una buena muerte.

1 comentario:

  1. que don bryan del twente ese tema esta muy completo todos vemos la muerte como un fin pero es como todo una etapa en la vida nadie sabe que hay despues de esta etapa son mas preguntas que respuestas.

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